Ten en cuenta a la hora de visitar este maravilloso lugar costero:
En sus profundidades el mar esconde arrecifes llenos de color y la imagen de la Virgen de Begoña. Fue refugio de múltiples batallas, por ejemplo, de la resistencia contra la Corona de Castilla. Al mismo tiempo, desde la Edad Media es un referente de las creencias y costumbres religiosas.
Los rituales religiosos de Gaztelugatxe van intrínsecamente unidos al mar. Dentro de la ermita se pueden ver objetos colgados: maquetas de barcos, pinturas, fotos… Son ofrendas que hacen los marineros y pescadores al santo como agradecimiento de que la embarcación esté protegida.
Al inicio de la costera del bonito del norte, los pescadores y neskatillas acostumbran a ir a Gaztelugatxe a pedir salud, buen tiempo y buena pesca. El ritual de petición también se hace desde el mar. Es por ello que los marineros/pescadores llevan sus embarcaciones a las inmediaciones de Gaztelugatxe para “hacer lo que hay que hacer”: tres vueltas a babor y tres a estribor. Hay quien lanza la hierba de San Juan desde cubierta tras quemarla en una sartén. En la actualidad los buques atuneros más punteros, que pasan controles muy rigurosos y tienen instaladas las tecnologías más innovadoras, antes de zarpar hacia el Trópico vienen a San Juan a llevar a cabo este ritual ancestral.
Es preciso subir 241 escaleras para llegar a la cima de Gaztelugatxe. Según cuenta la leyenda, el santo unicamente necesitó de tres pasos para llegar desde Bermeo a la ermita. ¿Viste su huella en la roca? Se dice que la primera huella está en Bermeo, en la Puerta de San Juan de la antigua muralla y que el que introduce su pie en estas huellas no sufrirá de callosidades durante todo el año.
La isla de Akatx o Aketx es el santuario de un gran tesoro ya que es el hábitat del pájaro de las tormentas (Hydrobates pelagicus). No es fácil divisar este pájaro nocturno diminuto a no ser cuando hay tormenta, ya que ese acerca a la costa a por protección. Otra curiosidad es que en Akatx hay cierto número de olivos salvajes. Estos árboles son las reminiscencias de un clima mucho más suave.
Su paisaje inigualable y algunos tesoros arquitectónicos hacen de estos recorridos una experiencia sin par. Para ello es preciso estar en una situación física buena.
No olvidarse de llevar calzado adecuado y agua para beber. Dado que es un entorno protegido, cuidar de los animales, las plantas y perservar la paz es responsabilidad de todos. Gestionar la basura también es responsabilidad de uno mismo.